Cualquier organización, sin importar su dimensión, puede marcar la diferencia en el cuidado del medio ambiente con prácticas simples de ahorro energético.
La energía es un recurso finito, y su uso responsable se ha convertido en una necesidad en un mundo que viene enfrentando serios problemas derivados del cambio climático. Por ello, las organizaciones, sea cual sea su magnitud, deben tener claro que adoptar prácticas de ahorro energético es clave, ya que no solo les permitirá ser más eficientes, sino también asumir un rol activo en la protección del medio ambiente.
En ese sentido, la implementación de estas prácticas puede marcar una gran diferencia en el consumo de recursos y en el impacto ambiental de las empresas. Por ello, Judy Muñoz, jefa del Centro de Tecnologías Ambientales de SENATI comparte cuatro consejos prácticos que podrían ayudar a los negocios a reducir su consumo energético y contribuir a un futuro más sostenible:
“Adoptar estas y otras prácticas de ahorro de energía en los negocios es un acto de responsabilidad empresarial que tiene efectos positivos tanto en la sostenibilidad como en la rentabilidad. La creación de una cultura de concienciación entre los colaboradores permite ser más eficientes y tener un impacto positivo en el medio ambiente, que favorecerá a las próximas generaciones”, señaló la experta.
Finalmente, Muñoz también señaló que, en un contexto donde el sector industrial demanda cada vez más profesionales que respondan a las exigencias ambientales del mercado, SENATI cuenta con carreras profesionales técnicas y cursos en Tecnologías Ambientales, capaces de brindar herramientas prácticas para implementar y optimizar el uso responsable de recursos en cualquier organización, así como la capacidad de afrontar los retos ambientales actuales.