Tener contraseñas seguras es el primer paso para evitar ciberestafas e importantes afectaciones a nuestras cuentas personales y bancarias.

Hoy la ciberseguridad se ha constituido como un factor relevante para todas las personas, debido a que en plena emergencia sanitaria el uso de las plataformas tecnológicas, como el ecommerce y el teletrabajo en la actividad laboral, crecieron exponencialmente.

Ello también impulsó el aumento de la ciberdelincuencia en el país, lo que se ve reflejado en información de la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional del Perú (DIVINDAT) que registró 3,345 denuncias relacionadas a este tema en el primer semestre. Incluso, para el 2022, el ESET Security Report señaló a Perú como el país con la mayor cantidad de detecciones con 18%, seguido por México (17%), Colombia (12%) y Argentina (11%).

“Por ello, iniciar por tener una contraseña segura y extensa será el primer paso para asegurar nuestra información y cuidarla de aquellos que están siempre al tanto de los descuidos de los usuarios para acceder a información personal privada o, de la mano de esa información, tener acceso a cuentas bancarias, cuentas personales en redes sociales y suplantar la identidad del usuario” comenta Walter García, jefe de la Escuela de Tecnologías de la Información de la dirección zonal Lima-Callao de SENATI.

¿Cuáles son los errores más comunes?

En ese sentido, los errores más comunes de los usuarios frente a la creación de contraseñas seguras son los siguientes:

  • Reutilización de contraseñas: no deben utilizarse las mismas contraseñas para diversas cuentas de correo, redes sociales, accesos a aplicaciones de banca, o cualquier otra aplicación o página que requiera contraseña, ya que será fácil para el ciberdelincuente acceder y robar data importante o dinero del usuario.
  • Tener un registro físico de las contraseñas: tener apuntadas las contraseñas en una agenda, cuadernos u otros es uno de los errores más comunes, ya que pueden quedar a la vista de cualquier persona, logrando el fácil acceso. De igual forma, evitar apuntarlas en el block de notas del propio equipo u ordenador.
  • Utilización de palabras clásicas: usar palabras comunes o incluso fechas de nacimiento, número de DNI, iniciales de nombres, nombres de familiares o frases que un hacker pueda inferir fácilmente, como el nombre de la mascota, un hobbie o deporte, etc.

Asimismo, es clave evitar compartir sus contraseñas con otras personas, incluso con amigos y familiares cercanos. Es necesario mantenerlas en privacidad para evitar cualquier tipo de acceso no autorizado a su información.

¿Cómo tener contraseñas más seguras?

Frente a ello, García sugiere seguir las siguientes pautas para evitar pasar por un mal momento:

  • Se recomienda el uso de contraseñas complejas y extensas con un mínimo de 8 caracteres y que incluyan mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
  • Se sugiere cambiarlas frecuentemente (mínimo cada 4 días). Hoy en día también se utiliza la autenticación multifactor para acceder a cuentas o servicios, que permite darles una mayor seguridad a los usuarios. Un ejemplo de ello es el uso del token, mensajes de texto que brindan un código de acceso, o el uso de huellas digitales en el caso de aplicativos de bancos.
  • Se recomienda también utilizar gestores de contraseñas, que son aplicaciones que permiten, bajo una clave maestra, administrar todas las contraseñas que se utilizan en los diferentes servicios a los cuales estamos suscritos.

Por otro lado, en el caso de las organizaciones, también necesitan poner hincapié en la seguridad de la información, debido a que contar con protocolos y estrategias de seguridad podrán mejorar la imagen de la organización, asegurar los activos digitales, formar un entorno seguro de procesos de transformación digital, y minimizar el riesgo de ataques, o que se comentan errores que atenten sobre los activos.

Por último, el experto recalca que mediante la seguridad de la información también se evitarán pérdidas económicas por robo, extorsión o pérdida de información, se permitirá contar con políticas, normas y procedimientos claros que aseguren las buenas prácticas frente a la disponibilidad, integridad y confidencialidad de la información, y dará la posibilidad de trabajar en un nuevo modelo de negocio mediante la transformación digital.

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