Lima es una de las ciudades más desérticas del mundo y el agua es un recurso básico para salvaguardar nuestra salud y evitar diversas enfermedades, entre ellas la pandemia del Covid-19. No solo es primordial hacer uso responsable del líquido elemento, sino también tratarlo eficientemente. El Gerente de Desarrollo de SENATI, Carlos Hernández nos cuenta sobre las innovadoras tecnologías que permiten un tratamiento eco-amigable del agua tanto industrial como doméstico.

El agua, no es solo el elemento clave para la supervivencia de los seres vivos, sino que se ha convertido en uno de los principales focos de atención ante una coyuntura en que la pandemia del coronavirus COVID-19 ha cobrado miles de vidas a nivel mundial. La medida esencial es lavarse las manos con abundante agua y jabón por espacio de 20 segundos. Esto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es clave para salvaguardar nuestra salud y evitar contagios, no solo del temible coronavirus, sino también de más de una decena de enfermedades como influenza, tifoidea, hepatitis, neumonía; entre otras.

No obstante, y pese a este apremio, el recurso hídrico es escaso para muchas poblaciones vulnerables y es que, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), casi tres millones de personas en el mundo no cuentan agua potable, tan necesaria para tomar dichas precauciones de salubridad. El Perú tampoco es ajeno a esa realidad; de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) el 9.2% de la población total del país no cuenta con agua potable.

Ante este escenario, la tecnología se perfila como un ente promotor de bienestar, pues existen diversos equipos y métodos eco-amigables para realizar la potabilización y tratamiento de agua, aplicable tanto al ámbito industrial como doméstico. Dicha agua puede ser luego retornada a sus afluentes, reutilizada y empleada, por ejemplo, en la limpieza primordial para la lucha contra esta pandemia en zonas de mayor vulnerabilidad.

“Lima es una de las ciudades más desérticas del mundo, por lo que el uso responsable, potabilización y constante tratamiento del agua es vital. En ese sentido, la tecnología ha avanzado enormemente y hoy juega a nuestro favor. En el Perú y el mundo contamos con diversas tecnologías y recursos naturales que se aplican de acuerdo a las características de la composición química del agua para ser tratada eficientemente. De esa manera, y de la mano con las entidades pertinentes, se podría ampliar aún más la disponibilidad del recurso hídrico para suplir las necesidades, por ejemplo, de limpieza de cientos de miles de ciudadanos.”, explica el Gerente de Desarrollo de SENATI, Carlos Hernández Mendocilla.

En ese sentido, el especialista señala que SENATI se ha convertido en la primera institución educativa de este lado del Pacífico en tener un Centro de Tecnologías Ambientales (CTA) el cual ofrece las carreras de Tecnologías Ambientales, Química Industrial y Tratamiento de Aguas. Para esta última especialidad, el CTA ha implementado plantas de tratamiento de aguas residuales domésticas, a través de las cuales, no solo forma a profesionales técnicos altamente especializados en dicho rubro, sino que trata y reutiliza el 100% del agua del comedor de su campus, ubicado en el distrito de Independencia.

“En SENATI demostramos que se puede hacer un uso eficiente del agua y así ahorrar cientos de litros diarios, ¿se imaginan lo que se podría lograr en el país con estas tecnologías? Acá, en nuestro campus de Independencia, tratamos el 100 % del agua de nuestra cafetería y la limpiamos a través de plantas que permiten su posterior reutilización para fines de limpieza de nuestras áreas comunes, lavado de enseres; entre otras. Esto podría extrapolarse de manera macro para el tratamiento de agua del país”, agrega Hernández Mendocilla.

Tratamiento de agua para la industria nacional:

El especialista de SENATI explica que, a nivel mundial, el 59% del consumo total de agua en los países desarrollados se destina a uso industrial, el 30% a consumo agrícola y un 11% a gasto doméstico, esto motiva a que los gobiernos insten a las empresas a efectuar un correcto tratamiento del recurso hídrico, a fin de que sea retornado a sus afluentes o reutilizado por la población garantizando así que cada vez más personas cuenten con agua.

“En el Perú, por ejemplo, se prorrogó la ley número Nº 28611, mediante la cual se exige el tratamiento de aguas residuales de manera transversal a todos los rubros productivos. Hoy, tenemos aguas subterráneas y superficiales que se contaminan día a día por la tan necesaria actividad productiva que empuja la economía mundial. Sin embargo, dicha contaminación se aminora a través de un correcto y pertinente tratamiento. Las técnicas emergentes consideran procesos biológicos y recursos naturales altamente efectivos que nos permiten beneficiar, mejorar la calidad de vida de la población, así como fortalecer la lucha contra enfermedades, como por ejemplo el COVID-19”, puntualiza el gerente de Desarrollo de SENATI, Carlos Hernández Mendocilla.

Al respecto, el especialista destaca que las tecnologías eco-amigables más innovadoras para el tratamiento de agua residual son las siguientes:

  1. Tratamiento de agua con bacterias benéficas:  Por su propia naturaleza metabólica, algunas bacterias contribuyen al mantenimiento de los ciclos biogeoquímicos del agua, por lo que son capaces de eliminar nitratos y fosfatos, así como productos químicos difícilmente biodegradables, como los pesticidas e hidrocarburos. Es así que, a través de contenedores especiales, cargados de miles de millones de microorganismos, las bacterias pueden limpiar aguas residuales plagadas de petróleo, siendo esta la principal fuente de contaminación de agua en el planeta.
  • Tratamiento de agua con energía solar: Una de las técnicas más novedosas y ecoamigables para descontaminar el agua industrial es la energía solar. Mediante la utilización de los rayos solares se logra un proceso de fotocatálisis que descontamina, e incluso, permite reutilizar el líquido de manera rápida. Esta técnica es ampliamente utilizada para tratar aguas residuales de origen industrial y permite reducir notablemente la huella de carbono de las corporaciones.
  • Tratamiento de agua con plantas acuáticas: Las algas recientemente se han vuelto protagonistas del tratamiento de aguas residuales en diversas partes del mundo, no solo por su gran rendimiento y capacidad ecológica, sino porque trabajan con nula utilización de productos químicos. Con ciertos tipos de algas y bacterias acuáticas se genera interacción y simbiosis que permite eliminar agentes contaminantes. Las algas y las bacterias almacenadas en óptimas condiciones, no solo descontaminan el agua, sino que generan biomasa, utilizada posteriormente como materia prima para producir biofertilizantes.
  • Tratamiento agua con microrganismos: Finalmente, es importante mencionar a los microorganismos aerobios y anaerobios, los cuales son ampliamente empleados en reactores biológicos y estaciones de descontaminación de agua, por su poderosa acción y accesibilidad. A través de estos organismos se logra eliminar el nitrógeno y fósforo de las aguas al tiempo que se favorece la expulsión de elementos químicos nocivos para la salud.

Profesionales técnicos especializados en eco-sostenibilidad

El Gerente de Desarrollo de Senati, Carlos Hernández Mendocilla, añade que la institución tecnológica, fruto de una constante articulación con el sector industrial del país, logró identificar la necesidad de profesionales técnicos en las especialidades de Tecnologías Ambientales, Química Industrial y Tratamiento del Agua, esta última tan necesaria ante una situación de riesgo sanitario, como la que atravesamos actualmente.

“A la fecha tenemos profesionales técnicos egresados del CTA, muchos de los cuales trabajan en la industria nacional tratando el recurso hídrico.  Estamos convencidos de que el esfuerzo que ellos hacen impacta de manera directa en la potabilización del agua, lo que deviene en que cada vez más peruanos cuenten con el elemento primordial para limpieza y supervivencia.”, finaliza Hernández.

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